- Strava ha presentado una demanda en Colorado contra Garmin por infracción de patentes y ruptura de un acuerdo de 2015.
- El caso gira en torno a los Segmentos en vivo y los mapas de calor, con una posible orden para frenar ventas de dispositivos.
- Garmin habría actualizado sus condiciones de API y exigido una atribución de marca más intrusiva, según Strava.
- El conflicto puede afectar a la interoperabilidad y al manejo de datos en el ecosistema del deporte conectado.

La disputa entre Strava y Garmin ha dado un salto decisivo al ámbito legal con una demanda en el Tribunal de Distrito de Colorado. En el escrito, la plataforma deportiva acusa al fabricante de GPS de vulnerar patentes clave y de incumplir un pacto de cooperación firmado hace una década, algo que podría traducirse en restricciones a la venta de dispositivos con funciones muy populares.
Más allá del choque empresarial, el asunto pone en el escaparate dos pilares del ecosistema de entrenamiento conectados: los Segmentos en vivo y los mapas de calor. Para entender su alcance, consulta cómo funciona Strava. La resolución puede marcar un antes y un después en cómo se comparten, visualizan y aprovechan los datos de millones de ciclistas y corredores en todo el mundo.
Qué ha denunciado Strava

Según documentación presentada ante el juzgado y difundida por fuentes del sector, Strava sostiene que Garmin ha infringido varias patentes registradas entre 2011 y 2016, con especial atención a los Segmentos (competición virtual en tramos) y a los mapas de calor que reflejan las rutas más transitadas, o a funciones usadas para pasar ruta de Strava a Garmin.
La compañía californiana afirma haber sufrido pérdidas económicas, erosión de su ventaja competitiva y daño reputacional, además de un beneficio indebido por parte del demandado. En el mismo movimiento, pide una orden judicial permanente que impida comercializar dispositivos que integren las funciones en disputa.
El acuerdo de 2015 y el supuesto desarrollo paralelo

En 2015, ambas compañías firmaron un Master Cooperation Agreement que abrió la puerta a integrar los Strava Live Segments en dispositivos Garmin. Strava alega que, con ese acceso, la tecnológica habría estudiado su funcionamiento y desplegado versiones propias (conocidas como Garmin Live Segments y Trendline/Popularity routing) más allá de lo permitido por el acuerdo, lo que influye en cómo se pueden buscar rutas en Strava.
Antes de acudir a los tribunales, Strava asegura que envió varias notificaciones en junio y julio sin obtener una respuesta satisfactoria. Garmin, por su parte, mantiene silencio público y se limita a su postura habitual de no comentar litigios en curso, dejando en el aire su defensa procesal.
Heatmaps y el argumento de anterioridad
El frente de los mapas de calor es especialmente sensible, pues Strava denuncia la replicación de una función central en su plataforma. No obstante, defensores de Garmin recuerdan que la empresa ya había mostrado en 2013 versiones preliminares de mapas de popularidad, un hecho que podría pesar en la causa si el tribunal valora la anterioridad como elemento que limite el alcance de las patentes.
Tensión por la API, datos y atribución de marca
El litigio llega tras meses de fricciones por cambios en la API y las políticas de integración. Strava explica que Garmin actualizó el 1 de julio las directrices para desarrolladores, fijando el 1 de noviembre como fecha límite para aceptar nuevos términos bajo la amenaza de cortar el acceso a la interfaz, lo que complica a quienes necesitan conectar mi reloj a Strava.
En paralelo, el director de producto de Strava, Matt Salazar, señaló en Reddit que Garmin habría exigido que su logotipo apareciera en actividades, tarjetas para compartir y otros elementos visuales subidos a la plataforma. Para Strava, convertir esos contenidos en soportes publicitarios obligatorios choca con la experiencia del usuario y con el control sobre sus propios datos.
Desde Strava insisten en que no buscan bloquear la sincronización con Garmin Connect y que valoran la comunidad compartida. La vía judicial se interpreta, en parte, como una respuesta a unas condiciones de integración consideradas intrusivas y a un desacuerdo de fondo sobre el uso de la información generada por los atletas.
Impacto potencial para usuarios y mercado
Si prospera la petición de medida cautelar, podrían verse afectados modelos de referencia como Forerunner, Fēnix, Epix o ciclocomputadores Edge. La retirada o limitación de funciones relacionadas con Segmentos y rutas de popularidad tendría un efecto inmediato en la propuesta de valor de varios dispositivos de Garmin.
El desenlace puede sentar un precedente en la industria del deporte digital, muy dependiente de la interoperabilidad entre hardware y servicios. Además, reaviva el debate sobre cómo se gestionan los datos para entrenar sistemas de IA y qué límites deben respetar las grandes marcas cuando conectan sus productos a plataformas de terceros.
Por ahora, la pelota está en el tejado del tribunal de Colorado: Strava busca proteger sus activos tecnológicos y su posición de mercado, mientras Garmin deberá articular una defensa que justifique la evolución de sus funciones y su política de integraciones. Lo que se decida afectará a usuarios, fabricantes y desarrolladores que dependen a diario de ese delicado equilibrio entre innovación y cooperación.
Editor profesional de Tecnología y Software
