- Los canales difunden contenido unidireccional a suscriptores ilimitados con historial visible y contador de vistas.
- Existen canales públicos (buscables con alias t.me) y privados (acceso por invitación y enlace/QR).
- Permiten reacciones, comentarios vía chat vinculado, búsquedas, fijados y control granular de notificaciones.
- Crearlos es simple en móvil/escritorio; hay roles y permisos, firmas, estadísticas y enlaces para crecer.
Si usas Telegram a diario y te suenan los “canales”, aquí va una explicación sin rodeos para entenderlos a fondo. Son la herramienta de difusión masiva de la app, muy distinta a los chats y a los grupos, y sirven para publicar noticias, ofertas, avisos o contenidos a miles (o millones) de personas a la vez sin abrir un debate constante.
En las próximas líneas vas a encontrar todo lo necesario: qué son y cómo funcionan, tipos (públicos y privados), cómo descubrirlos y seguirlos, cómo crearlos desde el móvil o el ordenador, así como sus ajustes más útiles (notificaciones, comentarios, firmas, estadísticas, seguridad y normas). Además, verás trucos de gestión y buenas prácticas para que no se te vaya de las manos.
¿Qué son los canales de Telegram?

Un canal de Telegram es un espacio en el que uno o varios administradores publican mensajes unidireccionales que llegan a todos los suscriptores. A diferencia de los grupos, los suscriptores no escriben (a menos que se habiliten comentarios mediante un chat vinculado), lo que reduce el ruido y favorece la lectura.
La idea recuerda a un blog corto o a un muro de actualizaciones: puedes publicar texto, fotos, galerías, vídeos de cualquier duración, audios, enlaces, documentos (PDF, DOC, música), encuestas y anclar mensajes importantes. Los mensajes aparecen firmados con el nombre del canal, reforzando la identidad del proyecto incluso si hay varios administradores.
Otra diferencia clave con los grupos es el alcance: los canales admiten suscriptores ilimitados y los nuevos ven todo el historial desde que se unen. Además, cuando se borra una publicación, desaparece del dispositivo de todos los suscriptores y de los reenvíos asociados.
Quien publica no es un “usuario” al uso: el propietario puede nombrar administradores y asignar permisos granulares (editar información, publicar, gestionar mensajes e historias, añadir suscriptores, gestionar streams, o incorporar otros administradores). Si se desea, es posible activar firmas de administrador para que, junto al contador de vistas, figure quién publicó cada mensaje.
Sobre las métricas, cada post muestra un contador de vistas con el icono del ojo e incluye las visualizaciones derivadas de reenvíos. Es un número aproximado: Telegram “olvida” vistas antiguas a los pocos días (en torno a cuatro) para no almacenar un historial de visionado eterno, de modo que puedes volver a contar alguna visita repetida.
Tipos de canales: públicos y privados

Telegram permite crear canales públicos y canales privados. Los públicos son buscables dentro de la app, tienen alias y un enlace corto del tipo t.me/NombreCanal. Los privados no salen en búsquedas y se accede por invitación mediante un enlace generado por el administrador (incluso con código QR).
Un matiz legal importante: si un canal privado comparte su enlace de invitación de forma pública, en disputas por contenidos Telegram lo tratará como público. Conviene tenerlo en cuenta si manejas material sensible o exclusivo.
A nivel de privacidad, los suscriptores no se ven entre sí ni conocen quién más sigue el canal. Lo único visible es el número total de seguidores y las vistas por publicación. Este enfoque es especialmente útil para marcas, medios y creadores que quieren difundir sin exponer la lista de seguidores.
Los administradores cuentan con herramientas muy potentes: asignar permisos por rol, revisar acciones recientes de otros admins, y decidir si los mensajes llevan firma personalizada. Además, los canales pueden apoyarse en bots para programar publicaciones, moderar o añadir botones (por ejemplo, reacciones tipo “me gusta” con @like).
Por último, hay una opción social para apoyar a tu favorito: impulsar (boost) un canal. Es un apoyo limitado (normalmente dos impulsos disponibles al momento por usuario) pensado para que muchos fans colaboren y el canal desbloquee ventajas y gane visibilidad.
Qué puedes publicar y cómo se interactúa

La flexibilidad es enorme: se admiten textos largos, multimedia, encuestas, notas de voz, archivos de hasta 2 GB por elemento y mensajes fijados. Todo se sincroniza entre móvil, ordenador y tablet, así que puedes publicar desde cualquier dispositivo.
En cuanto a la participación, depende de la configuración. Todos los canales permiten reacciones con emojis en cada publicación, visibles con contador por emoji para intuir el “sentimiento” general. Si el canal habilita comentarios, estos se organizan en un hilo propio vinculado a un grupo y también llegan a ese chat para facilitar la moderación. Existe la opción alternativa de usar Comments.app (mediante @discussbot) para gestionar comentarios en canales públicos.
Encontrar algo antiguo es sencillo gracias a la búsqueda interna: puedes buscar palabras o frases, saltar entre coincidencias y filtrar por fecha con un icono de calendario. Además, el panel de Medios compartidos te ayuda a localizar enlaces, documentos o audios de forma rápida.
Si quieres destacar una novedad, utiliza los mensajes anclados. Aparecen arriba del canal y, además, envían notificación específica a los suscriptores, incluso a quienes lo tienen silenciado (según ajustes).
Y si te preocupa la frecuencia, hay margen para mimar la experiencia del usuario: notificaciones inteligentes, sonidos y vibraciones personalizadas y vista previa configurable. También puedes silenciar por tiempo limitado o de forma permanente, o directamente salir del canal cuando quieras.
Cómo encontrar y seguir canales
Para descubrir canales, utiliza el buscador interno de Telegram. En Android lo verás como una lupa arriba a la derecha; en iOS aparece al deslizar ligeramente hacia abajo; y en escritorio está en la barra “Buscar” de la esquina superior izquierda.
Escribe una palabra clave y verás varios tipos de resultados. En Android y iOS reconocerás los canales por el número de suscriptores que aparece en la vista de resultados; en escritorio se marcan con el icono de un megáfono. Toca el resultado para previsualizar el contenido y pulsa Unirme si te encaja.
Una vez dentro, podrás silenciar el canal desde el botón inferior o desde el menú de opciones. En el panel de notificaciones del canal es posible ajustar sonido, vibración, color del LED (en móviles compatibles), vistas previas y activar las notificaciones inteligentes para reducir avisos.
Si en algún momento te cansas, no pasa nada: desde las opciones puedes salir del canal. Si te arrepientes, lo vuelves a buscar y listo. Consejo práctico: si sigues muchos, usa carpetas o archiva los que consultes con menos frecuencia.
Además del buscador interno, hay canales que se descubren por su enlace t.me en webs y redes; si se trata de un canal público, incluso existe t.me/s/alias para previsualizar las publicaciones en la web sin iniciar sesión.
Cómo crear un canal de Telegram (móvil y ordenador)
Crear un canal es muy sencillo. En el móvil, abre Telegram y entra en la pantalla de Nuevo mensaje (icono del lápiz en Android o el icono de componer en iOS). Arriba verás la opción Nuevo canal.
En la primera ocasión Telegram muestra una breve introducción; toca Crear canal y rellena los campos. Debes añadir nombre, descripción y una foto que servirá de imagen del perfil del canal. Tranquilo, todo esto se puede cambiar más tarde sin problema.
Después llega la parte clave: elige si será público o privado. Si es público, configura su enlace (la URL/alias que quieres reservar). Si optas por privado, podrás copiar el enlace de invitación o generar un código QR para compartirlo. A continuación, Telegram te propondrá añadir los primeros suscriptores desde tu agenda.
En escritorio el proceso es similar: abre la app, pulsa el menú de la esquina superior izquierda y selecciona Nuevo canal. El flujo de nombre, descripción, foto y privacidad es el mismo. En su día, en Windows Phone se hacía desde el botón “+”, pero hoy el camino estándar es móvil (Android/iOS) y escritorio.
Hay dos detalles importantes de crecimiento: como propietario, puedes añadir manualmente a los primeros 200 suscriptores. A partir de ahí, el canal se nutre del enlace t.me y de la difusión orgánica (web, redes, newsletters…). Y, ojo, no se puede “difundir masivamente” a contactos que no se hayan suscrito, a diferencia de otras plataformas. El modelo de Telegram exige suscripción previa al canal.
Configurar y editar tu canal ya creado
Para ajustar cualquier cosa, entra en el canal, pulsa sobre su nombre y toca Editar. Ahí puedes cambiar nombre, imagen, descripción y tipo de canal (público/privado) en cualquier momento.
Desde ese panel, además, podrás añadir administradores con permisos personalizados (publicar, editar/eliminar mensajes, gestionar historias, añadir suscriptores, streams o nuevos admins). Existe un registro de acciones recientes para saber quién hizo qué en las últimas 48 horas si gestionáis el canal en equipo.
En “Conversaciones” puedes vincular un chat de comentarios (crear uno nuevo o elegir uno existente) para que tus publicaciones admitan respuestas ordenadas en hilos. Y, si lo prefieres, activa Firmar los mensajes para que aparezca tu nombre junto al contador de vistas en cada post.
Si es público, revisa el alias t.me que tengas configurado. Si es privado, puedes generar enlaces adicionales para diferentes campañas y así medir por dónde te llegan altas. En ambos casos, Telegram facilita copiar y compartir esos links en un toque.
Cuando el canal va creciendo, desde aproximadamente 500 suscriptores Telegram ofrece estadísticas: vistas, alcance, retención, crecimiento y otras señales de rendimiento. Te servirán para ajustar formatos y horarios de publicación.
Notificaciones, búsqueda, fijados y orden
Para no abrumar a nadie (tampoco a tus admins), cada usuario puede gestionar sus notificaciones por canal: silenciar siempre, silenciar por horas o días, o dejar solo la notificación sin sonido. El dueño del canal no “controla” esto: es una preferencia individual de cada suscriptor.
Cuando toque recuperar un contenido, recuerda que el canal tiene búsqueda interna potente y filtro por fecha. Si lo que buscas es un archivo o un enlace, el apartado de Medios compartidos te ahorra tiempo agrupando el material por tipo.
Para destacar algo clave, usa los mensajes anclados. Sirven como banner informativo superior y envían avisos específicos. Además, puedes anclar y desanclar con libertad sin perder el histórico.
Otra función muy práctica es la edición de mensajes (si te has equivocado) o su eliminación. Si borras, ese mensaje desaparece para todos los suscriptores y de los reenvíos, manteniendo el canal limpio y actualizado.
En cuanto a la lectura, el contador de vistas te ayudará a detectar qué formatos funcionan mejor. Úsalo junto a las estadísticas para aprender de tu audiencia real, no de suposiciones.
Canal vs. grupo: diferencias y usos
La frontera es clara: el canal es de difusión (comunicación unidireccional gestionada por administradores) y el grupo es conversacional (todos los miembros pueden hablar). Si quieres interacción simétrica y debate, monta un grupo; si quieres avisos claros sin barullo, usa canal.
Sobre límites, los canales no tienen tope de suscriptores, mientras que los grupos admiten hasta 200.000 participantes. Además, el canal mantiene oculta la lista de seguidores, algo que muchas marcas y creadores agradecen por privacidad.
Una estrategia mixta muy recomendable es canal + grupo vinculado: el canal para publicar novedades, y el grupo para recoger feedback y conversación ordenada en hilos. Así separas roles y no saturas a quien solo quiere leer.
Seguridad, privacidad y normas que debes conocer
Telegram cifra y sincroniza en la nube la mayoría de contenidos (chats normales, grupos, canales) y aplica medidas de privacidad razonables para canales: nadie ve quién integra el canal, los nuevos acceden al historial y tú controlas los enlaces de acceso. En llamadas, Passport y chats secretos se emplea cifrado de extremo a extremo, pero eso no afecta al modelo de canal.
En lo legal, recuerda que los canales públicos deben cumplir las normas: nada de contenido que infrinja derechos de autor, ni material que incite a la violencia o al abuso infantil, y restricciones de contenido adulto según políticas de tienda (en ciertos casos dejan de ser accesibles públicamente). En la UE, el uso exige 16 años o más.
Además, Telegram advierte: no envíes enlaces de tu canal como spam a desconocidos. Evita prácticas como la falsa oferta en Telegram. Si te reportan, tu cuenta puede sufrir limitaciones (por ejemplo, no poder contactar a usuarios con alias público). El crecimiento debe ser voluntario y orgánico.
Monetización directa como tal no es el foco del sistema, aunque existe un bot oficial de donaciones disponible en determinados supuestos (canales con antigüedad mínima y volumen de suscriptores), con una pequeña comisión. En la práctica, la mayoría de proyectos monetizan con membresías externas, patrocinios, ventas o donativos a cambio de contenido exclusivo.
En el ecosistema más amplio, Telegram ha sumado funciones útiles para proyectos: Historias para canales (publicaciones multimedia con requisitos de impulsos Premium) y perfiles de negocio con respuestas rápidas y pestañas para atención al cliente, disponibles mediante suscripción. No son estrictamente “de canal”, pero encajan como complemento cuando gestionas una comunidad grande.
Ideas de uso y buenas prácticas
Hay mil casos que encajan bien en formato canal: medios y newsletters para titulares y enlaces, marcas con novedades y cupones, creadores con contenidos y bastidores, comunidades temáticas (tecnología, moda, viajes, memes o citas) y proyectos educativos. Lo importante es cuidar el enfoque editorial y la periodicidad.
Para que funcione, piensa en cinco palancas: constancia (calendario realista), calidad (menos ruido, más valor), interacción (reacciones y comentarios cuando aporte), promoción (en redes, web, email, otros canales afines) y análisis (ajusta formatos y horas con métricas de Telegram). Si tu audiencia te quiere impulsar, invítales a usar la función de boost cuando esté disponible.
Un toque final de estrategia: cuando lances, espera a reunir unos pocos suscriptores antes de la primera tanda de publicaciones para que el canal no se vea “vacío”. Y no olvides reservar un alias t.me corto y fácil de recordar si el canal es público.
Los canales de Telegram son un formato directo, escalable y gratuito para informar, vender, educar o construir comunidad sin intermediarios. Configurarlos es cuestión de minutos y, con una estrategia clara, pueden crecer de forma muy sólida a medio plazo.
Editor profesional de Tecnología y Software